Es evidente el desorden que provoca en nosotros el entretenernos por gusto en pensamientos y deseos impuros; por esto lo prohibe Dios en este noveno mandamiento. Pero, además, estos pensamientos y deseos impuros desequilibran la sexualidad e incitan al pecado.
El Señor pone de relieve la energía con que debemos luchar contra el desorden de nuestras pasiones: "Si tu ojo derecho te escandaliza, sácatelo y arrójalo de ti, porque te es mejor que parezca uno de tus miembros que no todo tu cuerpo sea arrojado al infierno" (Mt 5,29).
¿Qué nos manda el noveno mandamiento de la Ley de Dios?
El noveno mandamiento de la Ley de Dios nos manda que seamos puros y casto s en pensamientos y deseos.
¿Cuándo son pecado los pensamientos y deseos impuros?
Los pensamientos y deseos impuros son pecado cuando la voluntad se complace en ellos, aunque no se realice el acto impuro; pero no son pecado cuando la voluntad no los consiente y procura rechazarlos.
¿Cómo se logra la pureza del corazón?
La pureza de corazón se logra con la oración, la mortificación y la práctica de la castidad juntamente con la pureza de intención y de mirada.