Los cardenales de todo el mundo que llegaron a Roma para asistir a los funerales del Papa Juan Pablo II y al próximo Cónclave, se encuentran alojados en la llamada Casa Santa Marta o Domus Sanctae Marthae una residencia construída por el propio Juan Pablo II en vistas a la elección de su sucesor.

La actual casa de Santa Marta es una Fundación. Anteriormente existía la casa albergue de Santa Marta y en su interior el Dispensario Pontificio de Santa Marta.

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La “Domus” es una moderna residencia para los cardenales y prelados que pasan por Roma. Está compuesta por 106 suites y 22 habitaciones simples. Es administrada por la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, que hoy en día es la congregación religiosa femenina más numerosa en el mundo, contando con 22 mil religiosas.

La Casa tiene una relación directa con el compromiso social y asistencial como fue expresado desde fines del siglo XIX y especialmente en el periodo de la Segunda Guerra Mundial.

Al momento de la Sede Vacante, la “Domus” es liberada de cuantos la ocupan para alojar a los Cardenales Electores. Además de estos serán alojados también aquellos que deben participar del Cónclave.

Desde el punto de vista jurídico, la actual “Domus” es una “Fundación” constituida en 1996 a través de un documento “chirografo” del Papa, es decir escrito por la misma mano del Pontífice.

Tomó el lugar de la pre existente fundación querida por el Papa León XIII, que en 1891 había decidido destinar un espacio del interno del Vaticano para casa albergue para la asistencia de los enfermos de los sectores adyacentes a la Ciudad del Vaticano, así como afrontar la epidemia de cólera que en esos días atacaba las diversas ciudades italianas. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial fueron acogidos prófugos, hebreos, así como embajadores de los países que habían roto relaciones diplomáticas con Italia.

El “chirografo” de 1996 de Juan Pablo II, resalta también que fue construído “un nuevo edificio en el área en la que existían una parte del mencionado albergue y, en vista de la nueva situación madurada con el tiempo, he decidido suprimir la precedente Fundación e instituir una nueva Fundación bajo el título de Domus Sanctae Marthae destinándola a ofrecer hospitalidad, en espíritu de auténtica fraternidad sacerdotal, al personal eclesiástico en servicio a la Secretaría de Estado y, en los límites de lo posible, a los otros Dicasterios de la Curia Romana, así como a los Cardenales y a los Obispos de paso por la Ciudad el Vaticano… Todo esto compatible con cuanto es establecido por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.”

Entonces, además de los Cardenales Electores, entran en la Casa Santa Marta y en el Cónclave, algunas personas cuya presencia es importante para regular el desenvolvimiento de los trabajos.

El párrafo 46 de la Constitución señala explícitamente: el Secretario del Colegio Cardenalicio, que actúa como Secretario de la asamblea electiva; el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias con dos Ceremonieros y dos religiosos adscritos a la Sacristía Pontificia; un eclesiástico elegido por el Cardenal Decano o por el Cardenal que haga sus veces, para que lo asista en su cargo.

Además, deben estar disponibles algunos religiosos de varias lenguas para las confesiones y dos médicos para eventuales emergencias. Se deberá también proveer oportunamente para que un número suficiente de personas, adscritas a los servicios de comedor y de limpieza estén disponibles para ello. Todas deberán recibir la aprobación previa del Cardenal Camarlengo y de los tres Asistentes.